9. Conclusiones

7. Consideraciones finales

En este apartado, señalamos unas observaciones generales, además de las que ya se han mencionado en la recomendaciones de cada capítulo, con el fin de destacar elementos que se pueden mejorar, sin menospreciar los esfuerzo que el país ha hecho con el afán de garantizar los de derechos de la niñez y la adolescencia. 

1. No cabe duda que es necesario visualizar los problemas de las personas menores de edad, la falta de acceso y calidad para el disfrute de sus derechos, sin desigualdad, sin inequidad, no es un problema más, sino que constituye el eje central de la posibilidad de un futuro mejor para el país. De ahí la importancia de financiar apropiadamente en vez de recortar recursos al sector social, en especial, al que atiende a la franja etaria de personas menores de edad.

2. Las consecuencias de no haber mejorado oportunamente la situación de muchos niños, niñas y adolescentes, se refleja en el aumento de diferentes formas de violencia y conflictividad en la que han caído muchos adolescentes. También esa violencia salpica a muchos otros, adolescentes, niños y niñas, que son víctimas, que sufren desde bullying y las agresiones psicológicas, hasta agresiones físicas, sexuales y patrimoniales.

3. El personal encargado de tratar directamente con los niños, niñas y adolescentes, debe estar muy bien capacitado para detectar y abordar las situaciones de violencia en las que las personas menores de edad se ven envueltas, tanto como víctimas, así como agresores. 

4. En cuanto al sistema educativo, saltan a la vista inequidades que deberán superarse; ningún niño, niña, ni adolescente debe estar fuera del sistema educativo, ni debería haber diferencia en acceso o en calidad de la enseñanza por la zona que habita, ni por condición económica, o étnica, ni de ningún tipo. Sin embargo, las diferencias son notorias entre una región y otra, particularmente, por la condición económica de la zona en que viven.

5. Ninguna persona menor de edad debe estar fuera del sistema educativo, por ninguna razón. Ya que, mediante las aulas, es la manera de capacitar y promover estilos de vida saludables. También los espacios educativos permiten la motivación y el crecimiento hacia el deporte y las artes. No se puede permitir que un niño, niña o adolescente, simplemente, deje de ir a estudiar, es obligación de los padres madres y tutores, que todo niño, niña y adolescente asista a clases. Así como también es obligación del Estado prever y proveer los medios para que no haya exclusión de ningún tipo. 

6. Se carece de información cruzada sobre la situación de las niñez y la adolescencia entre las bases de datos, ya sea por cambios en la metodología, falta de coincidencia en la segmentación de la población, falta de especificidad lo que impide dar un adecuado seguimiento a la evolución de las limitantes que sufren los niños, niñas y adolescentes. Esta situación dificulta dar un apropiado seguimiento a los problemas, pero también, a la manera en que se puedan solucionar. La coincidencia en los criterios de análisis, en la periodicidad de reporte, la trasparencia y publicación oportuna, no es la constante más generalizada que se pudo encontrar.

7. Debe atenderse con premura el problema ambiental, en especial, lo referente al agua. Pero también urge generar mejores condiciones para las viviendas, que se inundan con facilidad. Estos son solo unos ejemplos de lo que se espera que vaya sucediendo con el cambio climático global. Sin embargo, no parece que el país se esté preparando para poder enfrentar esta transformación planetaria, ni que tenga en cuenta las necesidades de las personas menores de edad, en especial de los más pequeños. 

8.  Los principales obstáculos para la realización de los derechos  de la niñez y la adolescencia siguen siendo la pobreza, y la pobreza extrema. Es indispensable que esta situación se atienda, antes de que, el resultado sea una mayor atracción hacia las bandas delictivas, y que los niños, niñas y adolescentes tengan la opción se superarse por medio de la educción.

9. Para que una política pública logre generar un cambio positivo, tiene que cumplir con criterios de eficacia, eficiencia, equidad y sostenibilidad. En el caso de la PNNA 2024-2036 y de su Agenda de implementación, es eficaz para orientar acciones, pero pierde eficiencia porque no se sabe con certeza el efecto que se logrará como resultado de tales acciones. En cuando a la equidad, difícilmente podría mantener este criterio en todas la acciones planteadas como metas, ya que no lograría articular con claridad a las poblaciones no consultadas o no indagadas. Sobre el criterio de sostenibilidad, dado el recorte presupuestario al sector social, y la ausencia de algún otro mecanismo de apoyo como opción compensatoria, quedan dudas razonables sobre la sostenibilidad de la ejecución de la PNNA, con miras a desarrollar todas sus acciones y lograr todas las metas planteadas.

10. Urge devolver la esperanza a los niños y jóvenes, en especial, librarlos de la violencia y frustración que los lleva a conductas en contra de su calidad de vida y de la propia vida. Este reto requiere de un esfuerzo complejo, que involucra los modelos de crianza y ambientes sanos, libres de hambre, de miseria y de violencia. Este reto supone la construcción de un proyecto de vida para cada niño, niña y adolescente, que sea viable y realista.